Este domingo pusieron en la tele la película El Fin de los Días, en la que Arnold Schwarzenegger se las ve con el mismísimo Satán. Normalmente no tendría mucho sentido hablar de una película de este tipo en este blog, pero al principio hay una escena que merece la pena mencionar. La película comienza con un plano del cielo sobre el Vaticano, en el que vemos la luna llena y un cometa encima de ella, con su larga cola, formando una figura que en un libro antiguo se menciona como El Ojo de Dios
. Efectivamente, la cola del cometa se curva sobre la luna como si fuera la ceja de un gran ojo blanco. La imagen es muy bonita, pero totalmente imposible.
¿Por qué? Veamos, un cometa es básicamente un cuerpo compuesto por materiales sólidos y gases congelados, en una órbita muy excéntrica alrededor del Sol. Tan excéntrica que algunos ni siquiera orbitan realmente, sino que siguen una trayectoria hiperbólica alrededor del Sol, y no volvemos a verles. A medida que se acerca al Sol, los distintos materiales congelados se funden y evaporan, siendo lanzados al exterior, y formando lo que se llama coma, que viene a ser una pequeña atmósfera. A medida que se acerca más, la presión de la radiación solar, y el viento solar, empujan la coma, deformándola y formando la cola tan característica de un cometa. ¿Puede la radiación solar empujar algo? Sí, y de hecho es así como funcionan las velas solares, como expliqué hace algún tiempo.
Fijaos que es el viento solar y la radiación solar lo que empuja la coma para formar la cola. Es decir, la fuerza se ejerce en la dirección del Sol al cometa, por lo que la cola estará orientada siempre en dirección contraria al Sol. Mucha gente piensa que la cola es una especie de estela, formada por material que se queda atrás
, pero como véis, no es así. Como suele ocurrir, estamos acostumbrados a ver determinados fenómenos que son producidos por el rozamiento del aire, y nos olvidamos que en el vacío del espacio, no hay fricción (que es lo que hace que el humo de los trenes se quede atrás, por ejemplo).
Estoy hablando de la cola, en singular, pero en realidad se forman dos colas. Una está formada por gases e iones, y es bastante recta. La otra está formada por polvo, y debido a que las partículas tienen más masa, no son empujadas con la misma aceleración que los gases, y por tanto esta segunda cola se curva un poco, debido a su propia inercia, y se situa entre la cola de gases (opuesta al Sol) y la trayectoria del cometa.
Bueno ¿y? No podemos saber dónde está el Sol, así que no sabemos si la orientación de la cola es correcta ¿no? Pues sí sabemos donde está el Sol, gracias a la luna llena. Cuando la luna está llena, estamos viendo su cara visible totalmente iluminada por el Sol. Está siendo iluminada de frente, por decirlo de alguna manera. Por tanto, el sol está detrás de nosotros. Y puesto que desde nuestra perspectiva visual, el cometa está justo encima, la cola debería estar detrás del núcleo, y apenas se podría ver. Es como si miramos un tren de frente: la cabeza del tren nos oculta el resto. Así que nunca podríamos ver una composición cometa-luna como la que aparece en la película.
También hay que tener en cuenta que con luna llena, el fondo del cielo (su luminosidad) es muy alto y que por tanto, por la falta contraste, sería más dificil ver algo con tan poco brillo superficial como la cola de un cometa. La análogía sería ver una vela en una habitación a obscuras o con muy buena iluminación.
ResponderEliminares el diablo que influye en los elementos...el fin del mundo se acerca
ResponderEliminarja ja muy buyeno de verdad, no has pensado en escribir un libro recopilando toda la informacion que has ido acumulabdo?
Además, el diablo no existe :)
ResponderEliminarBien observado, dbyn.
ResponderEliminarLo del libro, ya me lo han sugerido en otra ocasión, pero ¿qué editorial querría publicarlo? :-/