Hace poco tuve ocasión de ver la última pelicula de Star Trek. Como viejo trekkie debo decir que me encantó, y me pareció un acierto ese planteamiento que mezcla secuela y precuela, empezando a partir de la continuidad existente, pero haciendo un reinicio con varios cambios (y uno de ellos muy radical). Pero como sabéis, cuando menciono una película aquí es para hablar de ciencia. Y en este caso, de unos detalles de buena ciencia, que me sorprendieron gratamente (ya habrá tiempo de hablar en otro momento de la mala ciencia, que la hay).
Uno de ellos ocurre al principio de la peli. Cuando la enorme nave romulana ataca la nave de la Federación, hay una escena en la que una explosión abre una gran brecha en el casco, produciendo una descompresión que succiona a una tripulante hacia el exterior. La cámara sigue el movimiento de la chica, y cuando sale al espacio todo el estruendo y los gritos son sustituidos por el más absoluto silencio, pese a que vemos de fondo disparos de phasers, impactos en el casco y explosiones. Un pequeño toque de buena ciencia, aunque imagino que el motivo de haberlo hecho así es únicamente para dar mayor dramatismo, ya que el resto de escenas del exterior tiene sus inevitables efectos sonoros.
La otra escena que me llamó la atención fue cuando los protas intentan detener la perforadora romulana en Vulcano. Pongámonos en situación: la nave romulana, a varios kilómetros sobre la superficie del planeta Vulcano (tal vez algunos cientos), hace descender una estructura muy larga que penetra en la atmósfera, terminada en una plataforma desde la que se lanza un rayo que pretende excavar un agujero hasta el núcleo del planeta. El capitan del Enterprise (no, todavía no es Kirk) viaja en un trasbordador para reunirse con el capitán romulano a negociar, y como la nave interfiere en los teletransportadores, se lleva a Kirk, Sulu y al camisa roja de turno (hay que mostrar al espectador que lo que hacen es muy peligroso, y es tradición en Star Trek hacerlo mediante la muerte de un personaje irrelevante), para que aborden la plataforma en secreto.
Situación: la nave romulana y el transbordador están más allá de la atmósfera (con matices, ya lo detallaré luego). La plataforma a abordar está muy por debajo de ellos, dentro de la atmósfera. ¿Cómo lo hacen? Fácil: se equipan con sus respectivos trajes presurizados, un paracaídas (para el último tramo, claro), y se dejan caer. Simple y sorprendentemente correcto. Y es que esta escena desmonta dos falsas creencias que están muy arraigadas en la mayoría de la gente: la gravedad y las reentradas.
Contrariamente a la creencia popular, y como ya he comentado alguna vez, en el espacio sí que hay gravedad. El hecho de que los astronautas de un transbordador o la ISS floten, no se debe a la ausencia de fuerza gravitatoria, sino a que están en órbita, esto es, en caída libre alrededor de la Tierra. Y para estar en órbita hay que desplazarse a una velocidad determinada, dependiendo de la altura. La nave romulana no está en órbita. ¿Cómo lo sabemos? Pues porque se mantiene inmóvil sobre la superficie de Vulcano. ¿Y eso no es lo que hacen los satélites geoestacionarios? Sí, pero para que la velocidad del satélite coincida con la rotación de la Tierra, deben estar a unos 36.000 km. Eso es muchísima altura, teniendo en cuenta que el radio de la Tierra es de unos 6.400 km. Y vale, no estamos hablando de la Tierra, pero teniendo en cuenta que la madre humana de Spok vive en Vulcano, o que el propio Spok pasa gran parte de su vida entre la Tierra y una nave estelar acondicionada para humanos, hemos de suponer que las características físicas de Vulcano no son muy diferentes a las de la Tierra. Por tanto, la nave romulana no está realmente en órbita, sino que se mantiene «flotando» utilizando sus propulsores, y eso quiere decir que si nos dejamos caer, ciertamente caeremos.
Siendo puntillosos, hay un pequeño detalle de mala ciencia. El transbordador desde el que saltan los tres personajes, se está moviendo con respecto a la nave romulana. Despacio, pero se mueve. Eso quiere decir que los personajes no podrían caer verticalmente, sino en diagonal, manteniendo la velocidad horizontal inicial del transbordador, hasta que el rozamiento de la atmósfera los frenase.
Y la entrada en la atmósfera es la otra pequeña dosis de buena ciencia. Cuando los personajes saltan, están en el espacio, otra vez en silencio, salvo el sonido de una respiración y el clásico sonido del puente del Enterprise (¿quién dice que son necesarios efectos sonoros estruendosos para crear dramatismo y tensión?). Tras unos segundos, Chejov, que los está monitorizando desde el Enterprise, dice que están entrando en la atmósfera. Y efectivamente nos muestran a los personajes en caída, con un fondo azul y un ruido de aire en movimiento. ¿Cómo sobreviven a la reentrada? Bueno, la pregunta es ¿por qué no iban a sobrevivir?
La mayoría de la gente piensa que una reentrada en la atmósfera, siempre implica un calentamiento extremo, de forma que sin la protección adecuada, el objeto en cuestión arde. Y ciertamente todos los vehículos que hemos puesto en órbita deben sufrir temperaturas muy elevadas durante la reentrada, así como los ocasionales meteoros y meteoritos. Pero como ya expliqué en una ocasión, eso es debido a la elevadísima velocidad con la que entran en la atmósfera, que comprime y calienta el aire que hay «delante». Si se penetra en la atmósfera a una velocidad moderada, pues no hay problema. En la peli, pasan unos 30 segundos desde que saltan del transbordador, hasta que «entran» en la atmósfera. Si suponemos una aceleración gravitatoria similar a la terrestre (los famosos 9,8 m/s2, aunque a esa altura sería algo menos), tendríamos que la velocidad de reentrada es de unos 294 m/s ó 1.058 km/h. Es una velocidad muy alta, algo superior a la velocidad de crucero de un avión de pasajeros, pero no es suficiente como para incinerar a los personajes. Para hacernos una idea, el record de velocidad en caída libre es de 274 m/s (desde unos 31 km de altura, más o menos).
Antes he entrecomillado la palabra «entrar», y es que la escena y la frase de Chejov, muestran un error muy común. La atmósfera no es una capa de aire que se interrumpe bruscamente a partir de cierta altura. La densidad va disminuyendo con la altura, pero incluso a órbitas bajas, sigue habiendo algo de aire. Muy poco, pero suficiente para tener efectos apreciables a largo plazo en satélites y vehículos, que necesitan rectificar su trayectoria mediante propulsores, o su altura disminuiría progresivamente (donde el aire es cada vez más denso, y... bueno, ya sabéis). Otra vez para hacernos una idea, la cápa más externa de la atmósfera terrestre se extiende hasta los 10.000 km, mientras que las órbitas bajas (que incluyen las del transbordador espacial y la ISS) oscilan entre los 200 y 1.200 km de altura. Y sí, ya sé que estamos hablando de otro planeta, pero el comportamiento de una atmósfera en este aspecto (la no interrupción brusca) es el mismo en cualquier planeta (que la tenga, claro).
Bueno, tal vez este error sea inevitable si queremos economizar el lenguaje. «Han entrado en la atmósfera», es una frase corta y clara. La alternativa sería «han alcanzado una altura en la que la densidad del aire es suficiente para frenarles de forma efectiva», y parece más una parrafada digna de Data.
Sin negar la parte científica que comentas, esta película puede estar entretenida, pero no es Star Trek. O eso o soy un trekkie demasiado purista. En Star Trek siempre ha importado más la historia que cuenta, que siempre es interesante y diferente, que la manera de contarla, y en la peli de Abrahams no hay historia, solo una sucesión interminable y a veces sin mucho sentido argumental de escenas de acción. Muy vistosa, sí, pero en mi opinión vacía de contenido argumental. A mí no me gustó. Una buena película ha de ser algo más que buenos efectos especiales y buena ciencia.
ResponderEliminarInteresante artículo. Lo de la "reentrada lenta" lo había pensado yo ya hace muchos años. Incluso siempre me he preguntado por qué no "frenan" las naves para entrar más despacio y que así no se quemen, pero supongo que es cuestión de economía (la "gasolina" está muy cara...)
ResponderEliminarY ya que estoy, ¿me permites un desahogo?
No hago que leer comentarios diciendo que esta película es buena, pero siempre terminan diciendo algo que hace que me reafirmar en mi decisión de no verla; en tu caso son dos detalles: Primero que Kirk no es todavía capitán de la Enterprise, pero en la tripulación está Chejov, algo que no puede ser ya que el primer destino de este fue fue cuando Kirk ya era capitán del NCC-1071, salvo que se trate de otro Chejov, claro. Segundo, que los malos son los romulanos, cuando se supone que cuando se los encuentran en la serie por primera vez (creo que en un capítulo titulado "Equilibro de Poder" o algo así, plagio descarado de una famosa película de submarinos ambientada en al Segunda Guerra) fue un momento Histórico ya que era el primer contacto en 100 años (o más).
Y no es que sea un "extremista obseso", pero si no puede ser, no puede ser. Claro que como no soy un "extremista obseso" y no me sé todos los capítulos y películas de memoria resulte que soy yo el que está equivocado. De todas formas Jotajota me cae gordo. Todavía no he visto nada firmado con él que me haya gustado.
Gracias. No sabes lo a gusto que me he quedado. ^_^
Muy buen comentario sobre el salto de la plataforma, pero en ese salto yo vi un poco de posible mala ciencia que no has señalado.
ResponderEliminarCuando uno está en caída libre dentro de la atmósfera (o de las capas bajas de la atmósfera, para ser exactos), utiliza el flujo de aire para colocar el cuerpo, estabilizarse y maniobrar en la caída. Se usa cada parte del cuerpo como superficie de control para controlar el vuelo (o la caída, para los puritanos del lenguaje).
Si no hay aire, no hay forma de maniobrar ni de estabilizarse. No hay nada en lo que apoyarse. Es como flotar en el espacio, sin control sobre nuestra posición.
Cuando saltan del transbordador ¿cómo se colocan en esa posición de Head Dive tan perfecta y mantienen una formación impecable si no tienen forma de maniobrar? ¿Es que los trajes llevan algún tipo de estabilizador, o cohetes pequeños de maniobra?
Ya hace falta ser algo experto en caída libre para adoptar esa posición con un flujo normal de aire. Hacerlo sin atmósfera... simplemente no se puede.
Del motivo para descender en esa postura, que da tan poco control sobre el vuelo además es malísima para abrir un paracaídas, lo dejaremos en que queda visualmente muy dramático. De otra forma, no le veo mucho sentido.
Anakin: Me has pillado escribiendo. Gracias por el comentario. :)
ResponderEliminarCreo que a todos los geeks nos encantó el detalle del silencio en el espacio. Da una muy buena idea de la sensación que produce estar rodeado de vacío.
ResponderEliminarEn cuanto a la caída libre, en una de las críticas que leí se hacía referencia al efecto Coriolis, que provocaría una desviación de la trayectoria rectilínea (respecto al planeta en rotación). ¿Tal vez el movimiento de la nave fuese para compensar esto? Puede que algo cogido por los pelos, pero en fin :P
Saludos!
@ Momar
ResponderEliminar"Incluso siempre me he preguntado por qué no "frenan" las naves para entrar más despacio y que así no se quemen, pero supongo que es cuestión de economía (la "gasolina" está muy cara...)"
No es que la "gasolina" esté muy cara, sino que pesa mucho. Cada gramo de peso en un vehículo espacial hay que subirlo, con todo el gasto y más peso extra aún que eso supone. Los ingenieros aeroespaciales te dirán que su lema es "la masa es nuestra enemiga". Un vehículo orbital se aligera todo lo humanamente posible. Por ejemplo, el motivo de que el depósito principal del transbordador espacial sea marrón, y no blanco como era antes, es que alguien cayó en la cuenta de que la pintura blanca del depósito pesaba unos 200 kilos, y se los ahorraron dejándolo sin pintar.
Para frenar con los motores (lo que se hizo en alguna cápsula soviética, al principio de la carrera espacial) hace falta llevar el combustible de frenada y aún más combustible de lanzamiento para subir ese peso extra, y el peso de llevar depósitos más grandes... un montón de peso.
La opción ligera es desacelerar un poco para que la órbita decaiga y a partir de ahí simplemente usar el rozamiento del aire para frenar. Para eso sólo hay que cargar con un escudo térmico que permita sobrevivir a la "jugada" sin achicharrarse. El peso de las placas cerámicas del escudo es mucho menos que el del combustible que haría falta para frenar, así que se utiliza esa opción.
Al final sí que es cuestión de economía, pero no sólo de combustible, sino de todo lo que supone llevar ese peso extra, que obligaría a hacer el cohete más grande o reduciría la carga útil.
@ momar
ResponderEliminara mí tampoco me convencía eso de que los malos fuesen los romulanos, pero aún así la vi y resulta que en la misma película queda explicado cómo es posible ese y cualquier otro "anacronismo" que cometan en las siguientes películas. y no cuento más, que destripo el poco argumento que tiene :-P
Excelente el apunte, yo fui de los que pensé que no podía ser que simplemente "cayeran" y lo critiqué.
ResponderEliminarComo dice Ale hay sorpresas argumentales así que es mejor no opinar sin haberla visto. Mi opinión es que es una película antitrekkie. Normalmente el centro de la cuestión era un debate ético-humanista. En este caso se trata de ver gente guapa y espectáculo. Aunque reconozco que como espectáculo está muy bien.
Pd. Spock pegándose con otros niños? Que es eso?
Ese va a ser uno de los futuros deportes extremos: el salto en paracaidas desde el exterior de la atmosfera. Cuando los viajes hasta alla arriba sean accesibles y frecuentes para el turismo, claro.
ResponderEliminarAun a riesgo de que me tachen de talibán ortográfico, no se escribe escavar, sino eXcavar. Aunque la palabra escavar existe, su significado no se corresponde con el del artículo.
ResponderEliminarPara los que les haya gustado la película: vuelvan a ver la primera de todas y comparen. Una es Star Trek, la otra no.
ResponderEliminar"Spock pegándose con otros niños? Que es eso?"
ResponderEliminarTiene sentido: si los vulcanianos necesitan la disciplina de la lógica para impedir masacrarse entre sí por su innata volatilidad emocional, un niño vulcano, aún por instruir, habría de ser decididamente peligroso.
A mí me gustan ambas películas: soy un gran defensor de Star Trek: The Motion Picture (para mí es algo así como "qué sería Star Trek si fuera en serio", y es la más majestuosa de todas), y la nueva de Abrams era la patada en el culo que necesitaba la franquicia después de que las películas de La Nueva Generación casi acabasen con ella (y no por que fueran de La Nueva Generación, sino precisamente por destrozar su herencia con tonterías).
De todas formas, la verdadera prueba será la próxima película (y, eventualmente, alguna nueva serie, cuando quiera que se produzca).
Las pelis de la nueva generación no tienen nada que envidiar a la vieja generación de Shatner. De hecho no hay gran diferencia. Es más de lo mismo (historias interesantes y diferentes) con personajes diferentes, con cualidades y problemas diferentes.
ResponderEliminarSí, pero mientras que en su serie los personajes eran consistentes y las historias sutiles, en sus películas los directores y productores se empeñaban en convertir a Picard en un héroe de acción, a Worf en "comic relief", tener a Data soltando Swarzennegerismos, etc. Falsos dilemas en las historias, inmensos agujeros en los guiones, etc. Podían haber sido mucho mejores. Lo cierto es que agotaron a su público.
ResponderEliminarEn cierta forma, resulta peculiar el exitazo de la película de Abrams: es supercompetente, pero sus vicios de película de acción para público familiar y juvenil son muy obvios, y aun así… Es como si mucha gente hubiera estado deseando ver sangre nueva y un nuevo nervio en Star Trek desde hace mucho tiempo, y se hubiera volcado sobre a primera oportunidad de tenerlos.
Estupendo. Creo que sería mejor dedicar el blog a la «buena ciencia», que también la hay en la Ciencia-Ficción.
ResponderEliminarSaludos
Las historias de "reentradas calientes" siempre me han chocado cuando se trata de tecnologías muy avanzadas (por ejemplo en Star Wars, donde la gravedad parece estar bajo control) pero bueno, son un elemento dramático estándar como las bombas con cablecito rojo o el balazo en el hígado que se cura con un vendaje.Sin embargo, hay una duda que siempre he tenido con los calores espaciales: se supone que en la termosfera (80-600km) hay un subidón de temperaturas provocado por la ionización de la tenue capa de aire. Mil grados y radiaciones chungas! Y esto abarca ciertas órbitas bajas. ¿Cuando monten el Hotel Orbital, las habitaciones con aire acondicionado serán más caras?
ResponderEliminarPero sangre nueva no debería significar lo que ha hecho Abrams: una película completamente vacía de contenido. No aporta nada, no sugiere nada, no te hace preguntarte nada, cosa que, con mejor o peor tino, sí ocurría con Kirk y con Picard. Hay ejemplos de nuevos enfoques que pueden representar esa "sangre nueva" pero bien hecha. Un ejemplo lo tenemos en la Battlestar Galactica reimaginada. Y sin necesidad de reimaginar nada, hay buenas películas modernas que combinan bien la acción y los efectos especiales vistosos con una buena historia, como en Matrix. Pero claro, para eso hay que hacer las cosas bien.
ResponderEliminarGracias anónimo, un desliz lo de "escavar". Ya está corregido.
ResponderEliminarBuen punto el de Duke. No había caído en eso. Deberían caer en la misma postura en la que estaban al saltar de la nave, o dar vueltas sobre sí mismos (más probable ésto último).
Momar, ya te han contestado sobre la continuidad, pero añadiré algo más. Fíjate que he dicho "planteamiento que mezcla secuela y precuela, empezando a partir de la continuidad existente, pero haciendo un reinicio con varios cambios".
Voy a comentar lo que pasa en los primeros minutos de la peli, donde ya se explica a medias lo que pasa, pero si alguien piensa que puede ser un SPOILER, que se salte este párrafo: tras el encontronazo entre la nave romulana (que inicialmente no se identifica como tal) y la USS Kelvin (la nave de la federación), los villanos ordenan al capitan que se entreviste con ello. Le preguntan dónde está el embajador Spok, y le muestran un holograma de Spok anciano (Leonard Nimoy, por supuesto). Al ver que el capitán no tiene ni idea de lo que le están contando, le preguntan por la fecha estelar.
Sobre la peli, como ya he dicho, a mí si me gustó. Está claro que sobre gustos no hay nada escrito, ya que yo siempre echaba de menos algo acción en las series Trek (no mucha, sólo algo). De hecho, una de mis películas Trek favoritas es "La ira de Khan".
Siempre me ha dado la impresión de que las pocas batallas espaciales que había, se resolvían con planos del puente donde los personajes indicaban lo que ocurría fuera (algo lógico por otro lado, por cuestiones de presupuesto), y finalmente alguna idea genial de Spok/Data o Scotty/Laforge, que reconfiguraban algo en un santiamén y salvaban el día.
En fin, que no estoy diciendo que una peli deba ser todo el rato disparos y explosiones (ni de coña), pero que en Star Trek echaba en falta un pelín de eso. Sólo una pizquita.
A mí me dio (la peli) la misma impresión que Terminator 4: una franquicia retomada por alguien que le echa mucho cariño -se nota el friquismo en los detalles- pero que cambia tanto el espíritu original que... no. No sé; tendría que verla dentro de un año o así para juzgar a distancia.
ResponderEliminarY desde luego, JJ tiene una ligera obsesión con el multiverso. Lost, Fringe...
Como nunca comento, me paso para decir que sigue siendo un placer leerte.
ResponderEliminarHabrá que ver la peli, pues.
Saludos.
Iba a preguntar pq las naves entonces no entraban lentamente en la atmosfera y asi no se recalentaban pero Duke ha dado una respuesta excelente.
ResponderEliminarEn Taro Adun, terran
ResponderEliminarMe dispculpo de antemano porque 1: no he visto la peli (aunque tengo ganas) y 2: no soy un trekkie. Si lo que se dice de la nueva peli es cierto, me parece bien que se intente dar un poco más de espectacularidad a la saga, porque, personalmente, tanto las pelis (al menos las primeras) como sobre todo la serie me ha parecido siempre que abusan de los decorados interiores, de mucho diálogo pseudointelectual y carencia absoluta de acción. Un cambio viene bien, siempre y cuando venga apoyado por un buen argumento.
Lo de los remakes televisivos hay para todos los gustos. Anakyn menciona la nueva versión de Galactica como ejemplo de buen remake, pero ¡por Adun!, me temo que discrepo: a mi la nueva Galactica me parece un truñete con ínfulas teológicas grandilocuentes y personajes poco verosímiles. Pero en fin, para gustos colores. Otra decepción ha sido la reciente revisitación de V.
Alf, ojo con el "probelma" del antepenúltimo párrafo... esos duendecillos traviesos...
¡Mi vida por Aiur!
A ver, es que ya entramos en otro terreno, que es el de el propio concepto de remake. Y aquí es difícil ser objetivo y valorar debidamente una película o serie rehecha cuando se ha visto en la infancia la original. El halo nostálgico y el sentimiento subjetivo condicionan más de lo que pueda parecer. Muchos de los que despotrican contra los episodios 1, 2 y 3 de Star Wars, tras mucho discutir con ellos, acaban confesando que en realidad es porque sienten nostalgia por los viejos. Cuando uno ya tiene unas expectativas formadas, se vuelve demasiado rígido. Un remake normalmente se valora comparándolo con el original, aunque también puede valorarse en sí mismo. Está claro que la Galactica original es una serie infantil. En este sentido, la nueva Galactica es más "adulta", y las críticas que ha recibido son buenas. Pero también en esto hay subjetividades: habrá cosas que gusten y cosas que no gusten en función de la persona, y si alguien, por ejemplo, no puede ver ni en pintura a la religión o a la filosofía, está claro que eso condiciona la valoración "subjetiva" que vaya a dar.
ResponderEliminar¡Ops! Gracias ejecutor. Corregido el "problema" (y nunca mejor dicho).
ResponderEliminarYa que sacáis el tema de Galáctica, yo tengo sentimientos contradictorios. Por un lado, la nueva versión es una serie mucho más adulta, madura e interesante que la original. Pero por otro, para mí Starbuck siempre será ese caradura, jugador, fumador de puros y ligón indeciso entre Casiopea y Atenea (aunque el personaje de la nueva versión es sin duda mucho más elaborado e interesante). La original tiene "algo" que no sé explicar, que la hace "especial" (puede que fuera la edad con la que la vi).
Discrepo con V. A mí la nueva versión me gusta bastante, y creo que es mejor que la original. Pero claro, es que la original, salvo las dos miniseries iniciales (los 5 primeros episodios de hora y media), el resto es una patata. Me encantaba de crío, pero siendo objetivos era un serie mala y cutre. Y nunca les perdonaré que quitaran de un plumazo y sin explicación, las voces "reberverantes" de los visitantes, provocando inconsistencias en la trama.
En Taro Adun
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que la nostalgia pesa mucho en la elaboración de un juicio. Sin embargo, no me parece que la antigua Galactica fuese infantil, también tenía sus momentos duros y sus dudas existenciales (aunque no pesaban tanto en la trama como la nueva versión). Y para la época en que se hizo, los efectos visuales le daban cien vueltas a la nueva (los nuevos centuriones metálicos cantan infográficamente por un tubo). En mi caso, no me molesta la filosofía o los temas religiosos como trafondo de una obra, al contrario, me gustan mucho, pero cuando se tratan con mesura y sentido narrativo, y no cuando su omnipresencia se hace cargante. Tú mismo, Anakyn, pusiste un buen ejemplo con Matrix.
También estoy de acuerdo con Alf en que la V clásica da un bajón notable de calidad tras los primeros episodios, pero a mí me parece que la serie antigua era más valiente. Me explico: a principios de los 80 plantear una serie como esa resultaba de una gran ambición, y sin embargo, su calidad visual (al principio) era excepecional. Recuerdo la impresión de las gigantescas naves-nodriza posándose sobre las principales capitales del mundo (y que tanto se ha imitado posteriormente y que el remake no ha conseguido superar), y el miedo que me daban los "lagartos" con sus lenguas bífidas. Esto último lo echo en falta en la nueva. Llevo ya unos cuantos episodios y todavía no he visto un puñetero lagarto en su forma original. Se supone que ahora tienen más presupuesto y tecnología ¿no? Entonces, ¿por qué chirrían tanto los decorados descaradamente infográficos de los interiores de las naves? Y ¿por qué la serie me parece tan fría y aséptica? (y no,no hablo de los visitantes sino de los personajes humanos). No sé, no sé, sigue sin convencerme.
Pero lo dicho, para gustos colores.
¡Mi vida por Aiur! ¡Anhelo combatir!
Yo me hice fanatico de Star Trek a partir de las peliculas y de ahi me e visto todas las series, y como dices Alf es por la nostalgia que a muchos no les gusta esta pelicula, incluyendome. A mi gusto me parece demasiado la destruccion de Romulus y Vulcano para la linea argumental y de ahi ya da la sensacion de que todo lo que hemos visto no va a ocurrir o ocurrira de manera distinta (mucho para un borron y cuenta nueva). Me hubiese gustado mas una continuacion con estos personajes pero en la piel de nuevos caracteres y tal vez con la historia que plantea, sin recurrir al viaje en el tiempo
ResponderEliminarTenía yo unos once o doce años cuando mi padre me llevó al cine a ver "Star Trek: The Motion Picture" (STTMP). Naturalmente, yo no sabía entonces nada de Kirk ni de Spock.
ResponderEliminarSalí conmocionado del cine. El argumento me pareció transparente (gracias a Carl Sagan ya sabía de los Voyager), bien hilvanado y sobre todo emocionante, sin necesidad de colorines ni violencia. Leer el nombre de Asimov en los créditos (había terminado de leer la trilogía de "Fundación") fue un gustazo aparte.
Hace poco vi de nuevo STTMP, en DVD. Me gustó tanto como la primera vez, aunque por razones un tanto distintas. El argumento, muy superior a la media. Los efectos visuales, cumplidores, con ese toque artesanal que los de mi generación apreciamos de corazón. La película apelaba entonces a la nostalgia -el reencuentro de los protagonistas se prolonga bastante-, e irónicamente hoy en día se vuelve intemporal con su invocación a los días idos: añoro mi pubertad, la última TV hecha por gente que leía libros (ahora la produce gente que sólo ve TV; el aserto es de Peter Watson), el cine todavía no infectado por el ritmo del videoclip.
En efecto, en mi opinión, esta película, tal como está, conserva su prestancia. Es buen cine de ciencia-ficción. Buen cine, sin más. Un film lento porque no hay otra forma de contar esa historia sin eliminar la sensación de pequeñez ante lo desconocido, lo informe, lo inaprehensible.
Sentido de la maravilla, justo lo que falta en la cinta de Abrams. Muy fluida, muy espectacular, por momentos ingeniosa... pero una película que se limita a entretener y que difícilmente encandilará a los jóvenes de hoy como nos encandiló STTMP a nosotros (bueno, a mí), enfrentándonos al misterio de la conciencia y sus niveles. La de Abrams es una película hecha para durar en la memoria -con suerte- hasta el siguiente estreno de lucecitas, patadas y ruidos.
En realidad, STTMP trasciende la rutina trekkie ya descrita por otro comentarista: dilema moral o bélico resuelto con un poco de filosofía "humanista" o mediante una hábil modificación de las armas y sistemas de la nave, la famosa "máquina de estados variables", un cubo de rubick que muestra al público una configuración por capítulo. Si que hay películas y capítulos de TV que dejan muy buen sabor de boca, pero STTMP tiene la fuerza de un drama griego, es una situación arquetípica tan vasta que no me extrañó en absoluto la subsiguiente caída del nivel de la franquicia. Y es que, parafraseando a Gabo, las máquinas inteligentes condenadas a miles de años de hambre y soledad no tienen una segunda oportunidad en el cine.
Sí, tenía su mala ciencia (por ejemplo, cuando Kirk en el espacio atrapa el cuerpo a la deriva de Spock, no retrocede con el ligero impacto... salvo que haya programado su traje impulsor para contrarrestar gradualmente la reacción), pero en general está soberbiamente realizada. Y, lo más importante, insinúa más que muestra, metaforiza más que explica. Como buen clásico.
Perdón por este comentario tan personal y fuera de tema, pero tenía que soltarlo.
Deciros que Douglas Trumbull, el principal supervisor de efectos visuales de ST:TMP (y 2001, Encuentros en la Tercera Fase, Blade Runner, etc.; y director de Naves Misteriosas y Brainstorm), va a volver a hacer efectos visuales, para una película de Terrence Malik.
ResponderEliminarEsta persona es mi héroe en el campo de los efectos, entre otras cosas porque, precisamente, a menudo prefería sugerir con imaginería algo abstracta en vez de presentar visuales totalmente masticadas.
En esta web tenéis las diferentes películas de la serie desmenuzadas en cientos de capturas de imagen (casi una cada segundo o dos de metraje). De ST:TMP han añadido hace poco las de la edición FullHD.
http://movies.trekcore.com/gallery/index.php?cat=43
Por si a alguien le interesa profundizar en la historia de Star Trek, existen dos comics que complementan la historia de la última película. Ignoro si se han editado en España. El primero es "Star Trek: Countdown", su acción transcurre unos 10 años después de los acontecimientos de "Star Trek: Némesis" y cuenta de forma más detallada lo que el viejo Spock cuenta en la película en forma de flashback, lo de la supernova que amenaza a la galaxia, la fabricación de la "materia roja" para frenarla, la locura de Nero, etc. El segundo es "Star Trek: Nero", y narra lo que le ocurrió a Nero desde que destruyó al USS Kelvin cuando viajó al pasado hasta que 25 años después secuestró y desterró al viejo Spock recién llegado del futuro al planeta helado que aparece en la película. Como curiosidad, en este comic aparece el todopoderoso V'ger de la primera película, y un enfrentamiento entre Nero y los klingons que llegó a filmarse para la película pero que al final no formó parte del montaje y que circula por ahí como una escena eliminada.
ResponderEliminarMadre mía la que se ha armado. XD
ResponderEliminarEn fin, supongo que tendré que ver la peli y comprobar de primera mano si me gusta o no y si estoy o no de acuerdo con los planteamientos.
Otra que me da miedito es la nueva de TRON, por cierto.
Al menos he aprendido algo, como siempre que leo algo nuevo por aquí. :)
Un comentarios sobre la Pizca de Buena Ciencia en la escena de Startrek, Tu nota dice que: --el disparo hace una brecha en el casco causando descompresion que succiona a una tripulante --.
ResponderEliminarEl problema es que si adentro de la nave por algun metodo misterioso tiene una gravedad artificial semejante a los 9.8 m/s2, si por cualquier razon se queda sin casco la misma gravedad artificial impide la descompresion ya que es una fuerza suficiente para oponerse al vacio. La evidencia es facil "Nuestro Planeta" el espacio esta casi al vacio y no salimos disparados gracias a la fuerza de gravedad obviamente se necesita este planetota para mantener a los cuerpos en la superficie, pero se supone que las naves de ciencia ficcion encontraron algun metodo para generar esa fuerza y mantenerse sobre el piso de las naves. Asi que la Buena ciencia hubiera sido que aunque se rompiera el casco los tripulantes no fueran expulsados.
La unica pelicula que a veces maneja bien este concepto es la ya muy criticada StarWars. En escenas de naves y la Stardeath se ven los hangares abiertos al espacio y nadie sale disparado al vacio, En la estrella de la muerte se ve 2 soldados platicando tranquilamente afuera del hangar mientras el Halcon milenario entra, estas escenas se han criticado pero pensandolo razonablemente estan en lo cierto, si la superficie en donde estan esta generando una fuerza de gravedad similar a los 9.8 m/s2 mantendria a los soldados y a su atmosfera sobre la superficie sin ningun miedo al vacio del espacio.
Aqui se los dejo de tarea para que lo mediten con calma.
Bueno, en la tecnología de Star Wars se utilizan escudos de energía en los puertos de atraque de las naves grandes para retener la atmósfera. En Star Trek, las naves de clase Constitution (la primera NCC-1701) usan ventanas de "aluminio transparente". En la NCC-1701B (clase Excelsior, ST:Generations) vemos cómo un accidente provoca la descompresión de varias cubiertas, que luego son selladas con campos de fuerza. La NCC-1701E (Clase Sovereign, ST:First Contact) dispone de un campo de fuerza constante alrededor de la nave, que evita el escape de atmósfera y (posiblemente) la protege de eventos exteriores menores.
ResponderEliminarLos "campos de fuerza" son, como la gravedad artificial o los sistemas FTL, supuestos básicos de la ciencia ficción cinematográfica. Supongo que pedir coherencia en estos parámetros no es "Buena Ciencia" pero al menos "Buena Lógica"!
La gravedad no puede impedir una descompresión.
ResponderEliminarA ver, un gas tiene tendencia a expandirse, y a ocupar más volumen. Cuando está confinado en un recipiente, el gas ejerce fuerza sobre sus paredes. Es lo que se conoce como presión.
En un recipiente cuya presión interior sea superior a la exterior, si se abre, el gas escapará hasta igualar las presiones. Al contrario, si la presión exterior es superior, el gas entrará (hasta igualar también las presiones).
Y esto es así siempre, en cualquier situación.
En una nave espacial, en el vacío, la presión exterior es cero. Así que el gas interior (el aire respirable) saldrá al exterior a la mínima oportunidad, hasta que la presión interior también sea cero.
En el caso de un planeta, la atmósfera se mantiene por la gravedad, sí. Pero lo hace porque las capas inferiores de aire (las más cercanas a la superficie) están "sujetas" por el "peso" de las capas que tiene encima. La presión disminuye de forma gradual (como ya he explicado), de forma que localmente, en pequeñas regiones, puede considerarse que la presión es la misma. De hecho, es la diferencia de presión entre distintas zonas de la atmósfera, lo que provoca los vientos y otras situaciones meteorológicas.
Y la prueba la tienes en los aviones. La presión interior es superior a la exterior. Si se abre una portezuela, o se rompe parte del fuselaje, se produce una descompresión. Y la diferencia de gravedad debida a la altura, no explica la diferencia de presión. Esta diferencia de presión se produce porque hay menos aire "encima", no porque la gravedad sea inferior.